Hora con mi empleador

Repetí bien en mi cabeza antes de volver a su oficina. Es con mucha aprensión con lo que entro para pedirle una situación de excedencia. Comienzo por exponerle mi proyecto, citarle, la mirada llena de sueños, los países que deseo atravesar y acaba por anunciarle que desearé situaciones de excedencia de un año a partir de septiembre próximo.... A mi gran asombro, me felicita por mi coraje, encuentra mi proyecto muy interesante y se va en búsquedas sobre los derechos de permisos sabático o sin sueldo.

Me quedo boquiabierto, admirativa delante de tanto interés para mi proyecto personal. La decisión no le pertenece. Será decidida el próximo 14 de febrero en Consejo de administración. Resto más que a formalizar mi demanda por carta certificada. Por respeto, quise discutir sobre eso a viva voz antes de la oficialización de mi demanda con mi antiguo director, la presidenta de la asociación y la vicepresidenta. Ellos todos sin excepción me siguen, me animan y no tienen ninguno duda sobre la respuesta de la asociación. Sabía que mi estructura era una estructura humana y cultural pero no vuelvo de allí de todo este apoyo.